A partir de unas investigaciones llevadas a cabo por el equipo del profesor Foguel en Francia y el equipo del profesor suizo Jacques Beckmann, últimamente se ha estudiando la posibilidad de que debido a un fallo en el cromosoma 16 unas personas sean más propensas a la obesidad que otras. Esto es debido a que las personas que padecen este "fallo" les falta una sección de ADN que contiene alrededor de 30 genes, cosa que no sucedió en el estudio de personas normales (que no padecen obesidad).
La consecuencia del fallo en el cromosoma 16 multiplica por 50 el riesgo de padecer obesidad.
Esta anomalía que recibe el nombre de "microdeletion" (pérdida de una parte de cromosoma) hace que las personas que la sufren tengan problemas a la hora de prestar atención, con el aprendizaje y que incluso presenten rasgos de personas autistas y esquizofrénicas.
Al examinar a las familias de los afectados han observado que algunos de ellos (muy pocos) habían heredado la anomalía de sus padres, lo que despierta la posibilidad de que se trate de un problema heredado y por tanto en los genes.
Esta anomalía afecta a menos de una persona por cada mil, sin embargo puede explicar muchos casos de obesidad, ya una porción de las personas que la padecen han tenido problemas en el desarrollo mental.
Aún no ha sido aceptado del todo porque se sigue estudiando, pero la posibilidad de que la obesidad se encuentre en los genes está ahí aunque sean pocas personas las que lo padezcan.
De todos modos Dolores Corella de la CIBERobn (Centro de Investigación biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición) afirma que el descubrimiento abre la puerta a nuevos trabajaos ya que ha destapado que la obesidad es un tipo de alteración genética que no se había tenido mucho en cuenta hasta ahora.
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